La luna gorda se escondía
el lucero resucitaba,
el alba luminosa se presentaba.
Se abrió la tranquera.
¡ Todo listo  para la yerra!
Espectáculo  singular
de nuestras pampas argentinas
con emoción y policromía.
Enlazado y maneadas
patas quietas  atadas,
el  bovino  esperaba la marca
del propietario .
Rajadura  cortando
en dos las orejas.
Dolor  por la quema
del hierro candente
es la marca a fuego.
en el cuero de sus caderas.
En el pequeño encierro,
los terneros
capturados con el lazo
destinado a  la castración,
sus  testículos perderán
y el crecimiento muscular.
asegurado  estará.
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 


1 comentario:
Querida Stella Maris,
Lindos poemas y multiplicidad de blogs.
Me agrada visitarte.
Abrazos...
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