
entrando a este poema
Desde cualquier día frío,
de cualquier invierno,
vas a la granja
como pájaro picoteando restos,
como lobo hambriendo de presas,
y hábilmente para no rodar en el barro
certera tu vista buscará al mejor cerdo
y la suerte del porcino estará echada..
Como en un altar profano,
aromado de huerta ,
con coros polifónicos de horneros y calandrias,
con floreros de sal ,pimienta y nuez moscada,
lo sacrificarás sin piedad,
culpando al filoso asesino
de la suerte del porcino.
Espectante está esperando,
espiando desde sus muchos ojos
la máquina de picar ,
que empieza a triturar
al sentenciado por la costumbre.
Manos grasosas de grasa,
depositan los dados,
en la montaña de carne picada
y juntas van a un tubo largo
de piel transparente
mientras un fuerte hilo
lo ahorcará de cuando en cuando.
Y aquel que fue víctima,
que no fue gusano venido en mariposa,
ni polen venido en miel,
ahora será deseado, amado, degustado,
será rey salame o reina panceta,
en el desayuno,
o en el atento dar
a los invitados.
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